miércoles, 19 de diciembre de 2012

AMARGURA


AMARGURA.

Como acordarme de ti
sin echarte de menos.
Como seguir la vida
si no hay luz en mi camino.
Controlar este dolor de
ausencia desesperada,
de amargura en el alma.
Busco llenar el vacío
y no hay piezas que encajen.
Te busco y no te encuentro,
se me escapa tu imagen
entre los dedos del recuerdo.
Apenas reconozco el timbre
de tu voz, aun siendo un molde
de la mía.
… Y lloro impotente ante mi frio
y me ahoga la pena reprimida.
Señor, que duro, que prueba,
que fuerza quieres que consiga
alcanzar.

jueves, 22 de marzo de 2012

EL ORIGEN


Sé que ella pensaba que yo era feo, y que me quería porque hubiese querido a cualquiera que le pusieran por delante, pero también sé, que cuando supo que me quedaba poco para llegar, durante un mes entero se dedicó a buscar en internet como tenía que cuidarme, que tipo de carácter solemos tener los que son como yo y estaba maravillada de lo inteligentes que dicen que somos.
Un día a mediados de Julio vino a verme, con su ilusión, con sus ganas de contar conmigo en el entorno de su vida, pero entonces no me hice la idea de todo lo que pasaría después, solo me cogió entre sus manos, y creo que fue porque fui yo el que más atención le puse entre todos los que estábamos. También yo recuerdo ser el mas grande de todos, el mas nervioso pero el más simpático.
A mediado de Agosto la volví a ver, pero aquel día fue totalmente distinto, llegó y me reconoció enseguida, me tomó entre sus manos con ternura y no me dejó apenas. El viaje fue largo, pero ella se ocupó de acomodarme para que no me sintiese incomodo todo era nuevo para mis ojos, para mis oídos. Un torbellino de  sensaciones desde la mañana que no terminó hasta días mas tarde.
Pasamos varias horas en un coche y solo paramos una vez, comprobó que yo seguía bien y continuamos viaje. No logré entender porqué le sorprendió oír el sonido de mi voz cuando terminamos el viaje, siempre decía que era sorprendente que saliese una voz tan profunda de un ser tan pequeño.
Aquella noche busqué el calorcito del cuerpo de mamá pero no lo encontré, solo me relajé cuando ella colocó sobre un jersey suyo un reloj que golpeaba marcando un tic tac sonoro que balanceó mi sueño hasta rendirme.